Las miembros de la Juventud Femenina son chicas, que encendidas por el amor de Dios, deciden dar un paso más en la entrega y se comprometen formalmente a entregar su vida cómo capital de gracias, por la fecundidad de la Rama.

 

Esta entrega va a acompañada por una profundización de la alianza de amor (la consagración del Poder en Blanco) y se materializa en acciones concretas como el horario espiritual, las confesiones mensuales, el retiro anual, etc. Las miembros velan por que la JF siempre tenga recursos espirituales (oración y capital de gracias) para encontrarse cerca de María y poder llevarla a todas las actividades y chicas de la Rama.